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martes, 10 de junio de 2014

Problemática

DE CÓMO EN LA ESCUELA SE SUPRIME LA FORMACIÓN EN ORALIDAD



Suele pensarse que la escuela “domestica” a los individuos en su naturaleza masificadora y perpetuadora del orden impuesto por la sociedad en que ésta se gesta. En este sentido, las prácticas escolares deben responder a la formación de individuos que puedan “adaptarse” con facilidad a las prácticas sociales consolidadas por los grupos humanos que direccionan el rumbo de dicha sociedad. Así las cosas, vale la pena preguntarse por la validez de la educación pero aquí nos ocuparemos de preguntarnos por la validez de la formación en oralidad. 

El discurso pedagógico de la actualidad señala que la enseñanza de la oralidad desde la infancia permite y fomenta la construcción de la identidad y el reconocimiento del individuo como ser social y político (Pérez, 2001); un individuo capaz de conocer y alimentar su propia voz es un individuo capaz de hacerla valer, es un individuo cuyo pensamiento no será fácilmente apaciguado ni domesticado. 

En este punto es importante pensar cómo se puede formar en oralidad, es decir, en la construcción de voces liberadoras, cuando la escuela está inserta en la domesticación de las clases, es decir, en la prolongación del silencio. Muchas veces se ha dicho que a la escuela se va para aprender a callar y esto resulta, muchas veces, decepcionantemente cierto. 

“Todos: ¡Silencio!” Grita un maestro al frente de un grupo de estudiantes bulliciosos y desordenados. “Atentos, callados…1, 2...3” Grita una maestra tratando de llamar a la escucha a más de 40 estudiantes nuevamente bulliciosos y desordenados. Cada clase parece más una lucha por lograr que sólo una voz sea oída: la voz de quien tiene el poder. Esto,  lo repetimos los maestros día tras día, creyendo ingenuamente que educamos en la escucha porque no hay otra forma de aprender; pero no es así, lo hacemos clase tras clase, porque estamos insertos en un sistema diseñado para que, desde  niños, todos aprendamos que hay que callar ante quien tiene el poder. 

En esta triste pero retadora realidad, dos maestras de dos colegios públicos del sur de Bogotá, nos sentamos a pensar cómo de alguna manera, en la forma siquiera más sencilla, podríamos dar un primer paso para aportar a la formación oral de nuestros estudiantes de ciclo 1, de una manera consecuente con el discurso educativo y no con prácticas de domesticación social. 

La oportunidad de llevar a cabo una propuesta de esta naturaleza, nació  a partir de la convocatoria realizada por la Secretaría de Educación Distrital SED que en convenio con el Centro Regional para el Fomento del libro en América Latina y el Caribe CERLALC, desarrolló un proyecto para acompañar a los docentes del distrito en la incorporación de la oralidad, lectura y escritura en todos los ciclos y áreas del currículo escolar. En el marco de este proyecto, recibimos formación en didáctica del lenguaje y orientación en la construcción, aplicación y análisis de una secuencia didáctica en oralidad. 


Así logramos la elaboración del “Festival de cortometrajes producidos por niños y niñas de Ciudad Bolívar: Secuencia Didáctica en oralidad para niños y niñas de ciclo inicial en dos colegios públicos de Bogotá”, una propuesta basada en los planteamientos presentados en el libro “Referentes para la didáctica del lenguaje en el primer ciclo” y principalmente en los apartados relacionados con la enseñanza y el aprendizaje del lenguaje oral. 

Esperamos que con la divulgación de este ejercicio de reflexión pedagógica y didáctica, que surge de nuestro interés por cualificar nuestra práctica docente y los aprendizajes de nuestros estudiantes, podamos aportar un poco a la construcción de pasajes que comuniquen el discurso pedagógico con las realidades escolares que vivimos en nuestras instituciones educativas. Así mismo, esperamos poco a poco ir incidiendo en el reconocimiento, construcción y valoración de las voces de nuestros niños y nuestras niñas quienes están en posibilidad de transformar y mejorar su futuro a través de la educación reflexiva, comprometida y liberadora que podamos ofrecerles hoy.